San Alberto Magno era un hombre de ciencia. Su biografía es conocida o fácil de encontrar para profundizar en su vida y obra. Pero menos conocido es su vínculo con la ciencia Química. El 15 de noviembre es su festividad. Fue un adelantado a su tiempo y el precursor de la Ciencia Renacentista. Manuel Castillo [...]

San Alberto Magno era un hombre de ciencia. Su biografía es conocida o fácil de encontrar para profundizar en su vida y obra. Pero menos conocido es su vínculo con la ciencia Química. El 15 de noviembre es su festividad. Fue un adelantado a su tiempo y el precursor de la Ciencia Renacentista. Manuel Castillo Martos, del Área Historia de la Ciencia del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla escribió una obra sobre La ciencia de los filósofos. Uno de los capítulos lo dedica a Alberto Magno: precursor de la Ciencia Renacentista. Ahí hace un recorrido por los trabajos de San Alberto Magno sobre la Filosofía Aristotélica, Alquimia, Química y Ciencias Naturales. Este investigador analiza en un apartado la faceta de San Alberto Magno como químico. Y apunta que “no descubrió ni realizó experiencias importantes en el laboratorio, pero como filósofo especulativo supo descubrir procesos y aparatos que estaban ocultos para otros en textos de Aristóteles” Y pone el ejemplo de Meteora, donde los pasajes sobre hierro y acero “se han considerado como precursores de Biringuccio, Agrícola, Porta y otros escritores y metalúrgicos”. Sus obras Liber ignium y Mappae claviculaincluyen instrucciones para extinguir los fuegos con arena, barro, alumbre, orina y vinagre.

Según Manuel Castillo Martos, las obras clave de San Alberto Magno sobre química son De mineralibus et rebus metallicis y De lapidibus. En la primera obra, según el investigador, expone la teoría que mercurio y azufre son padre y madre de todos los metales y describe hechos químicos como la obtención de mercurio sublimando cinabrio en horno de aludel; purificación de oro por la unión de hollín, sal y polvo de ladrillo molido; afinación de oro y plata por copelación; blanqueado de cobre con arsénico, producción de plomo blanco con vinagre, separación de la plata de otras sustancias por ácido nítrico o el ataque por ácidos de metales, menos el oro.

San Alberto Magno, continúa detallando Manuel Castillo Martos, definió términos como molienda, cementación, disolución, cocción, licuefación, coagulación, vaporización de sólido o líquido por el calor, calcinación, solidificación y cristalización.

Se adelantó a su tiempo al definir Afinidad desde un punto de vista de modernidad, según explica el investigador. Y explica que “el azufre ennegrece la plata y abrasa en general a los metales a causa de la afinidad natural que tiene por ellos”. Luego la teoría de la Afinidad se desarrollaría en el siglo XVIII.

Muchos de los descubrimientos de San Alberto Magno llegaron hasta nuestro tiempo. Es considerado el descubridor del arsénico, que describe detalladamente. También preparó potasa cáustica mediante la cal, procedimiento que se sigue utilizando hoy en día. El investigador también destaca que explicó la preparación de diversos compuestos de plomo y minio; y que separó oro y plata de las aleaciones.

Manuel Castillo Martos apunta que San Alberto Magno fue un precursor. “Ha legado a la historia de la Química observaciones y aparatos que han servido de puente entre la Alquimia, la tecnología medieval y la ciencia renacentista”. Y añade: “Los estudios comparativos que hizo no fueron meras citas de fuentes antiguas, sino que comparó procesos y resultados concretos, lo que confirma que Alberto Magno entra en la pléyade de personas que contribuyeron al desarrollo de la Química”.

Más información sobre Alberto Magno: Precursor de la ciencia renacentista de Manuel Castillo.

http://institucional.us.es/revistas/themata/17/05%20Castillo.pdf